Siempre; en autores que me gustan; ya sea ilustradores, escritores, dramaturgos, pintores, fotógrafos, compositores; me concentro en eso que llaman "el lenguaje del autor". Y no lo tengo muy claro aún, pero debe ser que es eso que al final del claroscuro se devela y hasta te emociona. Y te emociona de muchas formas, no sólo a la manera convencional como se puede pensar. Si te provoca- te emociona. Si te disgusta- te emociona. Si te estremece- te emociona. Si te daña, te avergüenza, te incomoda, te da risa, te mata por dentro- te emociona.
Pienso que ese lenguaje tiene que ser un proceso -constante- de encuentro y desencuentro personal. De dudar, de pausar, de continuar. Y de persistir por sobretodo consigo mismo.
En la búsqueda hay toma de decisiones. En la toma de decisiones hay más búsqueda.
Hacer y mostrar lo hecho te expone. Te arriesga. Y eso no es fácil, aunque lo parezca. Pero hay una necesidad y por eso se insiste.
Hay que decir lo que se piensa. Hay que sacar afuera lo que molesta.
A veces se comparte. Otras veces sólo se saca afuera.
Pero todo eso a la manera propia- SI SE ES AUTOR. Y eso no es fácil, aunque lo parezca.
El lenguaje propio de cada autor es, en cierta manera, algo mágico y es eso lo que sin duda maravilla.
Yo he transitado y sigo transitando en mi proceso, pero siento que de alguna manera lo que expreso puede ya reconocerse en un lenguaje visual y textual. Me siento totalmente representada con lo que hago. Y en este punto incluso, ya no me preocupa si se comprende o no. Y esa soltura creo, me ha liberado de nudos tensos.
Pero tengo un problema más grande, una duda que me ronda y ronda la cabeza: el autor/artista.
¿Seré yo una autora/artista? ¿Seré yo una artista? ¿Cómo se sabe eso? ¿Quien lo determina? ¿A qué edad se es artista? ¿Por qué me importan todas estas preguntas?