miércoles, 31 de agosto de 2016

...

Hace poco me contactó un viejo amigo. 
Hablamos largo y tendido; tras el monitor de por medio; como lo hacíamos en otro tiempo, cuando nos encontrábamos a la salida de alguna parte y terminábamos dejando pasar todas las micros.
Fumábamos dos, seis, infinitos puchos, nos bebíamos vinos muy tintos y abrazábamos interminables sueños y protestas y más sueños.
Por un momento hasta me pareció que el tiempo no había pasado con tanta distancia y ausencia. Y llegué a olvidar mis tristezas de estos días, igual que antes, cuando estábamos juntos.
Reí un montón; en mayúsculas y minúsculas. Y también nos dimos espacio para la franqueza (la posible de contar por escrito). Y cuando llegó la hora de despedirnos, me vino una tristeza inmensa.
-Al final, la vida termina siendo puros descubrimientos, ausencias, encuentros y despedidas- le escribí. 
Y antes de agregar más nada, ganándome de mano respondió:
-Me di cuenta que hoy, yo, le tengo una especie de cagazo a este tipo de vida, tan llena de descubrimientos, ausencias, encuentros y despedidas.

4 comentarios:

  1. Tu letras me dicen mucho de ti, y sin conocerte en persona, cuando te leo, siento que eres un poco parecida a mi.
    Un fuerte abrazo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Si nos leemos y acompañamos, seguro que algo debe haber de eso :) Un abrazo también!

      Eliminar
  2. ha caído un sucio en mi ojo... esa es la vida sin más, el famoso tren en donde suben y bajan personas y tu estas allí esperando tu parada... leí por ahí un dialogo que creo eran Carlitos y Snoopi, uno le dice al otro: un día nos vamos a morir y el otro responde: si, pero los otros días vamos a vivir... entonces, vivamos pues!! un fuerte fuerte abrazo en la distancia.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Es el viento de septiembre que se nos mete en los ojos Stella...a vivir, claro que si :) Otro abrazo!

      Eliminar